lunes, 27 de agosto de 2012

Armonioso rosado y la falta de armonía.




Con un poco de retraso voy a hablar de este vino. Y me voy a quejar porque me siento estafada. ¿De verdad que en España se puede producir un vino así? Yo creía que la calidad de nuestras uvas imposibilitaba la existencia de este tipo de productos. 
Para el hecho del mal sabor de este vino solo hay dos explicaciones. Es así o estaba en mal estado. Si no no me explico que de apariencia tuviera un extraño color salmón. Vale, eso podría haber sido por decisión del bodeguero. El aroma no era espantoso, fresa mezclada con hoja, un fondo de plátano, que me llamó mucho la atención, algo de lluvia y un poco como a chocolate. Lo que era espantoso era su sabor, untuoso, como de plátano (otra vez), cítrico, entrada corta y postgusto muy corto. Unas características que no se esperan, ni deben estar, en un rosado. A no ser que alguien me diga lo contrario y me lo demuestre, claro.

A mi me extraña que la bodega de García Carrión haya apostado por este vino, justo cuando los grandes bodegueros de la Mancha y de Valdepeñas, como es esta bodega, están empezando a apostar por contar entre sus existencias con vinos cuidados y de calidad. Ya digo que puede ser que estuviera en mal estado, pero pagar casi 3 euros por este vino no me ha sentado nada bien. No están las cosas para desperdiciar ni para tirar comida o bebida, como tuvo que ser en este caso. 


Nuria. 

lunes, 20 de agosto de 2012

Navarra hace vinos polifacéticos para cualquier momento

En muchas ocasiones me resulta difícil separar el "deber" de la pasión, pensar con cabeza fría cuando mi corazón está dando saltos de alegría (represión se llama), y como es natural esto es lo que me ocurre con Palacio de la Vega. Me resulta difícil no emocionarme cuando veo un vino de esta bodega. Incluso ahora me veo escribiendo (a la antigua usanza, con papel y lápiz) con precaución para no resultar fría ni emocionada en exceso. Y es lo que siempre me pasa, me emociono cuando escribo sobre un vino que me gusta, que me ha sorprendido. Y sigo pues, los dictados de mi corazón, lo que mi intuición me dice: cabeza y pasión, perfecto equilibrio (a veces lo conseguiré y otras, no tanto). Eso haré y así os presentaré (o lo intentaré) el vino que hoy me ocupa.

Conociendo ya la bodega de Palacio de la Vega y tres de sus cuatro vinos - Chardonnay, rosado y el impresionante Conde de la Vega- tenía ganas de probar su crianza, que no sé porque cada vez que veía el catalogo de esta bodega, me pasaba desapercibido. Tenía miedo de que me decepcionara. De origen Navarro, uno espera grandes cosas de los vinos de esta tierra- vinos complejos, con cuerpo. Pero la experiencia con Palacio de la Vega Crianza 2008 no ha podido ser más satisfactoria.



Como ya os hemos contado en alguna ocasión, Nuria y yo somos tan diferentes como la noche y el día, y en cuestión de vinos no iba a ser distinto. Nos sorprendió a ambas lo completo que este vino, fácil de beber, ligero, y otras cualidades que luego os contaré. Fue la primera vez que nos daba pena terminar una botella: "Voy a pedir una caja de este vino pero no para venderla sino para tomarla nosotras todos los días". Esa fue mi sentencia y Nuria estaba encantada con dicha sugerencia. Por el momento, he de confesar, el deber nos llama y tenemos que aparcar esta devoción para cuando nuestra agenda de catas nos permitan poder gozar de este placer que es disfrutar de un buen vino.

Palacio de la Vega Crianza 2008


Este crianza 2008 no es bueno, es cojonudo. Esta bueno con cerdo, fiambre (chorizo, salchichón  salami), carne roja y pollo. Vamos, un vino que va con todo.

Como es natural y costumbre en nosotras, pusimos a prueba este vino. Lo pusimos por debajo de su temperatura de su servicio "optimo" (dos grados nada más, que recupero en cuestión de minutos con este calor que estamos sufriendo este verano: su servicio ideal): deliciosa y refrescante experiencia.

Lo probamos con filetes de lomo de cerdo (sin adobar), fiambre (chorizo, salami, salchichón) y paté con mermelada de fresa. Oh! Mon Dieu! Pero desde luego el palmarés se lo llevó las alitas de pollo bien crujientes y tostaditas. Eso es el paraíso.

Un vino para diario, para fin de semana, para una paella, o para lo que quieras. Pero me voy a dejar de florituras y dorar la pildora, porque ha quedado claro que nos ha gustado, y os dejo con nuestra cata.

Con lomo de cerdo

Ficha de cata


Palacio de la Vega Crianza 2008. Cabernet Sauvignon, Tempranillo.
Precio: 5,12€ en Vinuranto 

Color: rojo rubí con ribetes salmón.

Nariz: recuerdos a pimienta, frutos rojos, tostados y ligero toque a vainilla. Muy aromático

En boca es ligero, equilibrado, fresco, fácil de beber, tanino bueno y dulce. Postgusto dulce y fresco.




Buen acompañamiento para este chocolate



NOTA: Aunque nos es un vino de chocolate, nosotras lo hemos probado con chocolate negro y no está nada mal. 


Si lo habéis probado no dejéis de compartir vuestra opinión con nosotras.


¿Somos las únicas forofas de este vino?. 



Ginny.

Sergio Dalma en Benalmádena


Pues hablaré de otro concierto, en este caso de un gran amante del vino. Vaya por delante que de Sergio Dalma sí soy fan. Hasta donde yo soy fan, porque soy un poco sosa, tengo que reconocerlo.  Aparte de que su música es de calidad, enmarcada en el mundo adulto, Sergio es un trabajador nato y un gran amante del directo y del contacto con su público.


Por lo que habéis leído ya os podéis imaginar que un directo de Sergio Dalma estará resuelto con solvencia y profesionalidad. En esta gira que ya dura dos o tres años... o cuatro, enmarcamos los conciertos de verano al aire libre. Os lo podéis imaginar, Puerto de Benalmádena, humedad al máximo, restos del terral (en wikipedia) en pleno auge y un calor viscoso infernal. Es el único concierto al que he acudido en el que no me he rozado con nadie porque solo de pensarlo, te subían los calores desde los pies hasta el cuero cabelludo. Pero sale Sergio y la diversión está garantizada. Va desgranando canciones poco a poco, entre actuaciones muy sentidas, mejor interpretadas, guiños a las fans de Dalmáticas Desesperadas y otros clubes que estaban en primera fila, algún que otro despiste con las letras de las canciones, que para eso están las fans, para hacer de apuntadoras y quitarse la chaqueta, esto está mencionado aposta y con un motivo. 

Nosotros habíamos llegado el día anterior a la Carihuela, que es algo así como el cielo en la tierra, y después de casi 600 kms, no teníamos el cuerpo para llegar pronto y esperar la cola pero aún así conseguimos un buen sitio desde el que se le veía bien mientras cantaba los éxitos italianos de siempre, Jardín Prohibido. Un inciso, yo no me puedo imaginar como la gente podía bailar esta espantosa canción en los lentos, bien agarradita, es la canción menos romántica y más cínica del mundo, por favor, me produce escalofríos pensarlo. Ya está, continuamos, Gloria, Tú, Yo no te Pido la Luna, Bella sin Alma y sus propios éxito, Solo para ti, Bailar Pegados (como no) y  La Fuerza de la Vida, incluida para darnos fuerzas en estos momentos tan duros, La Vida Pasa y otras más, terminando, como siempre con Galilea.
Con la presencia habitual del Maestro y el grupo habitual, contando con la voz increíble de Paola Gutiérrez y a gran ritmo, pasas unos momentos estupendos por un precio modesto, incluso puedes verle gratis ya que toca en muchas fiestas, yo le he visto en la plaza de Torrejón de Ardoz.
Si tenéis la ocasión no dejéis de ir a uno de sus conciertos si te gusta el tipo de música y estás dispuesto a traducir las innumerables metáforas que esconden sus canciones.

Segio Dalma vive y tributa en España, trabaja constantemente, está de gira casi todo el año (ahora está en Latinoamérica) y graba discos de calidad. Hace firmas y siempre atiende a sus fans con amabilidad y mucho cariño. Es un profesional. No os descarguéis ilegalmente sus canciones de Internet. Compradlas o comprad el CD. Se lo merece

Nuria.