Pues hablaré de otro concierto, en este caso de un gran amante del vino. Vaya por delante que de
Sergio Dalma sí soy fan. Hasta donde yo soy fan, porque soy un poco sosa, tengo
que reconocerlo. Aparte de que su
música es de calidad, enmarcada en el mundo adulto, Sergio es un trabajador
nato y un gran amante del directo y del contacto con su público.
Nosotros
habíamos llegado el día anterior a la Carihuela, que es algo así como el cielo en la
tierra, y después de casi 600 kms, no teníamos el cuerpo para llegar pronto y
esperar la cola pero aún así conseguimos un buen sitio desde el que se le veía
bien mientras cantaba los éxitos italianos de siempre, Jardín Prohibido. Un
inciso, yo no me puedo imaginar como la gente podía bailar esta espantosa
canción en los lentos, bien agarradita, es la canción menos romántica y más cínica del mundo,
por favor, me produce escalofríos pensarlo. Ya está, continuamos, Gloria, Tú,
Yo no te Pido la Luna, Bella sin Alma y sus propios éxito, Solo para ti, Bailar
Pegados (como no) y La Fuerza de la
Vida, incluida para darnos fuerzas en estos momentos tan duros, La Vida Pasa y
otras más, terminando, como siempre con Galilea.
Con la presencia habitual del Maestro y el grupo habitual,
contando con la voz increíble de Paola Gutiérrez y a gran ritmo, pasas unos
momentos estupendos por un precio modesto, incluso puedes verle gratis ya que
toca en muchas fiestas, yo le he visto en la plaza de Torrejón de Ardoz.
Si tenéis la ocasión no dejéis de ir a uno de sus conciertos
si te gusta el tipo de música y estás dispuesto a traducir las innumerables
metáforas que esconden sus canciones.
Nuria.
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