jueves, 14 de junio de 2012

Albret Rosado 2011

El vino
Este es un vino precioso. Hay quien dice que los vinos rosados son vinos fáciles y simples, sin trampa ni cartón. Vinos sin alma.
Como a nosotras lo que nos interesa es que los vinos tengan cuerpo probamos este vino para ofrecerlo en combinación con arroces y platos ligeros, muy habituales en los menús diarios de todos los hogares.
No nos ha decepcionado. Es un vino complejo y muy interesante. Su color es fucsia con reflejos piruleta y, encima, es muy brillante, con bonitos reflejos.
La princesa
En la nariz es fresco y herbáceo, con un toque de azúcar, fresitas y flores... madre mía parece que estoy contando un cuento, me falta la princesa y me falta describir el sabor. Allá voy, tiene un toque piruleta y un pase ácido y floral. Es como tomarse un pica pica con un vapor de tallos de flores.
Magnifico, fantástico y maravilloso son las palabras que se me vienen a la mente. Nada que ver con la mala fama inmerecida de estos vinos y os digo más porque todavía queda el maridaje.
Ese día preparé un risotto con pisto. No es difícil. Preparas el arroz al estilo italiano, es decir, añadiendo el agua poco a poco según se va cociendo, hasta que el arroz está preparado. Yo preparo el agua con una pastilla de caldo de carne, para darle más sabor. Cuando el arroz está listo se le añade un tarro de pisto de la marca Felix Soto (se vende en tarros de cristal, que yo para ciertas cosas soy una matrona vasca), se calienta un poco más y listo. También se pueden rehogar unas gambitas y añadirlas, pero entonces prepárate para llorar de alegría.
También puedes preparar el arroz de la misma manera y añadirle una lata de fritada Hacendado. No estará igual de rico, pero estará muy bueno también y tu bolsillo más lleno. Tu verás la ocasión para cada cosa.

El caso es que este rosado con arroz se parece a un caramelo de fresa sin serlo, a un "Fresquito", esas golosinas que son unos polvos donde pringas una piruleta que está tan rico. Inunda la boca de sabor y no pasa desapercibido, se hace notar con tanto equilibrio que no sobresale ni el dulzor, ni la acidez, se bebe fácil y ayuda a realzar el sabor de la comida ya que cada pinchada tras beber de él es como saborear de nuevo el plato.
Finalmente os dejo otras dos pistas para que os guiéis. Sabe a los antiguos "Escalofrios" de fresa acida y también al chicle Cheiw.


Nuria



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