Desde hace poco intento desarrollar mi paladar y
experimentar con los vinos desde un punto de vista más “profesional”. Lo consiga o
no, aún estoy en proceso de aprendizaje. Un largo y apasionante camino que
seguiré cultivando lento pero seguro.
La cata que intenté hacer hoy no
salió como me hubiese gustado, estaba cansada y mis sentidos y mi fuerza mental
estaban adormecidos. Por eso, esto es una cata distinta.
A pesar de todo, la experiencia y
mi historia con esta bodega merecen ser contadas.
Mi primera vez
¿Quién no recuerda su primera
vez? Su primer beso, su primer amor, su primera borrachera, su primera vez en
un avión, la primera vez que ... ¡Hay tantas! Y ninguna se olvida. Mi
experiencia con Ramón Bilbao esta llena de primeras veces: mi primer vino, mi primera
cata, mi primer evento, mi primer amor “vitivinícola”. Por eso, por mucho
tiempo que pase, RB siempre será el primero. Como el primer amor, especial,
inocente e inolvidable.
Durante treinta años permanecí al
margen del vino, y de cualquier bebida alcohólica. A mis 14 años, mi
experiencia con el alcohol no fue muy positiva, de hecho, hoy día lo recuerdo
como algo bastante negativo y desagradable. Ese es mi recuerdo. De este modo,
durante años no bebí absolutamente nada. Paradojas de la vida, 16 años después
entré en contacto con el mundo del vino, y de los destilados. (Este hecho siempre me
hace recordar una canción de una de mis cantantes favoritas, Delta Goodrem,
“God Laughs” – “Cuando estas ocupado haciendo planes, Dios se ríe”-)
Obviamente, no entendía de vinos ni de bebidas alcohólicas (hoy día
lo único que ha cambiado es que conozco muchas más marcas que antes, pero mi
experiencia es aún muy corta), pero sí recordaba el sabor del vino tinto que mi
madre siempre tomaba con las comidas en los años 80 y 90.
A raíz de probar RB (Crianza,
Edición Limitada, Mirto) y otros vinos
del grupo bodeguero (Mar de Frades, Palacio de la Vega, entre otros), mi
mundo entero - tanto profesional como personal- se vio alterado. Con placer y orgullo lo digo: gracias a ellos hoy veo el mundo de otro color, con otros ojos y de una manera
totalmente distinta. Llenó mi mundo de sueños y los prados verdes se volvieron
campos eternos de viñedos con una casita pequeña en medio, perdido del mundo (
Mi percepción del paraíso a día de hoy).
El primer vino que probé fue el
Ramón Bilbao Crianza (disculpada que no ponga la añada pues no la recuerdo). Mi
experiencia aunque muy breve, a penas
un sorbo, fue muy positiva. Me encantó el gusto dulce a frutas que me dejó en la
boca. Meses después tuve la oportunidad de catar otros vinos de la bodega
(antes mencionados).
16 meses después de mi primera
vez.... la experiencia se repitió
Nombre: Ramón Bilbao Crianza 2008
Denominación de Origen: Rioja
Calificada.
Bodega: Ramón Bilbao
Color: rubí con ribetes rosas y tonos ambar.
Nariz: aromas dulces a frutas
En boca gran cuerpo, con notas
dulces, baja acidez y largo postgusto. Buen acompañante de platos fuertes y
carnes.
Ramón Bilbao Crianza 2008 |
Este RB no desmerece nada su
hermano “Edición Limitada”. Un gran vino a un precio realmente bueno.
Precio: 5,50 (Promoción
Supermercados Plaza)
Puntos Peñin: 89
Maridaje: torreznos de cerdos
Conclusión
Podría acostumbrarme a comer con
él, sacarlo para alguna ocasión especial o para acompañarlo de una buena
barbacoa ahora que llega ya estamos en primavera.
Pero si me dieran a elegir,
volvería atrás, a esas primeras veces... Cuando todo era nuevo para mí.
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Nota:
No sé si será casualidad, pero me parece curioso que en su publicidad de su Reserva utilicen dos elementos que bien pueden definir, en parte, mi carácter: obsesión
y el color rojo (=pasión).
--Ginny